Capítulo 8.- Rey sin Corona.
Ningún acto revolucionario puede considerarse ejecutado satisfactoriamente sin haber logrado la ira, o por lo menos la molestia, de un dirigente con un elevado concepto de sí mismo. Partiendo de esta premisa, los actos de Lon Gonman habían sido sumamente exitosos, ya que Ivol Meior había fluctuado entre la ira y la intranquilidad desde que el Killer había dado señales de su existencia por primera vez.
Sin embargo, la ira de Meior no era únicamente por el terrible golpe a su ego. A diferencia de los Cherifes, de verdad estaba convencido de que tal asesino podría dejar a Bilou desprovisto de una dirección y un control que le eran indispensables para subsistir. Se visualizaba a sí mismo como un pastor que guiaba a su rebaño por el mejor camino posible.
Habiendo heredado
Fue entonces cuando la cárcel quedó vacía. Todos los Cherifes fueron autorizados a asesinar sin tener que respetar las reglas de los duelos que habían sido
Los Cherifes de los tiempos de Jonor Meior no aprobaban del todo los métodos de la nueva generación de Centinelas, pero sí gozaron del nuevo auge que tomó su reputación como temidos guardianes del orden público a costa de todo. Si antaño fueron respetados, en esta ocasión eran temidos. Meior tuvo sus formas muy peculiares de asegurarse que solo los mejores fueran nombrados Cherifes de
Cuando Ivol tomó el poder, su juventud constituía un factor determinante para no gozar de la credibilidad de la gente. Entonces, para demostrar que estaba perfectamente capacitado para gobernar, dijo que limpiaría la prisión en solo dos meses y que garantizaría la seguridad pública total. La única manera de lograrlo fue hacer una convocatoria pública buscando los hombres más fuertes de todo Bilou para elegir entre ellos a los nuevos Cherifes. El truco, fue que la mayor parte de los concursantes fuero los reos de la Prisión del Sector 15. Las personas honestas poco pudieron hacer para defenderse de los presidiarios y convictos y la ciudad terminó en manos de delincuentes que obtuvieron su libertad a cambio de su lealtad absoluta a Meior.
Ivol sabía que para liberar a su gente de los delincuentes, los había entregado a ellos. Y sin embargo siempre consideró esa estrategia el mejor golpe de un Meior desde la construcción del Domo por parte de Ferst Meior hace 150 años. Ahora, a la edad de 44 años se sentía perfectamente estable en el poder, a excepción de ese molesto asesino que estaba rondando.
De ninguna forma había que considerársele un hombre débil. Su necesidad por guardaespaldas disfrazados de alguaciles no se debía a que fuese incapaz de valerse por sí mismo. Al contrario, su maquiavélica mente estaba contenida dentro de un voluminoso cuerpo que según se rumora, como casi todo en Bilou, es capaz de someter a cualquiera de sus Cherifes. Ese rumor mucho habría de tener de verdad, pues la gente no se imaginaba que de hecho era capaz de contener a más de 10 criminales… los más fuertes y salvajes de todo el Valle.
Nada saldría de su control, una vez que se deshiciera de los Cherifes viejos y cansados, mandaría a sus hombres fuertes a destruir al Sunshine Killer y buscaría nuevos guardaespaldas que advirtieran a su amada gente sobre cualquier intento de rebelión. Era la Ley de Ivol Meior.
2 comentarios:
thumbs up!!!
esto se está poniendo buenisimo!
ya quiero ver la carnicería!
Y la habrá! Eso lo garantizo.
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