Tu MADRE se ha unido al grupo: “I’m such a M.I.L.F.”

Y otras pesadillas que derivan de la incursión de los padres en las redes sociales.

Muy buen día, compañeros de penurias, masoquistas, morbosos, desquehacerados y público en general. En pro de mantener activo este blog sin importar si para ello es necesario recurrir a los temas polémicos de actualidark (sí, se pega ¿y qué?) vamos a meter la cucharota en el asunto de los padres que espían a sus hijos mediante las redes sociales (léase Facebook, MySpace, Hi5 y todas las demás aberraciones similares).

Dado que esto es un blog y no un estudio serio, podemos pasar por el arco del triunfo la regla de no incluir opiniones personales hasta que sea el momento de disfrazarlas de conclusiones y redactarlas de forma totalmente despersonalizada para ver si la raza te compra la idea. En lugar de eso, vamos a empezar por ahí y a lo cuerón les digo: ¡Para algo tenían que servir esas madres! Total, de que a los chilpayates los cheque un secuestrador a que los chequen sus padres, mejor los padres, al final esas redes tienen uso alternativo y PUNTO!

Definitivamente yo no me voy a poner del lado de los hijos ¿Por qué? Porque a estas alturas y tras haberlo vivido, me queda perfectamente claro que los adolescentes y pubertos no tienen ni la más remota idea de cómo emplear su libertad en algo constructivo, y dado que los padres tampoco tienen la más remota idea de cómo entablar comunicación enriquecedora y de calidad con sus retoños a medio añejar, realmente es la forma más fácil de que exista un cierto monitoreo SILENCIOSO. Así es raza, tampoco se manchen… ¿De verdad creen que se puede estar agregados como amiguis de sus hijos y que éstos se desenvuelvan en total libertad como si nada? No ñañen. Señor, Señora… si sus hijos están conscientes del monitoreo y ustedes no notan nada raro en sus perfiles, es seguro: ELLOS TIENEN UNA CUENTA ALTERNATIVA. A ningún adolescente NORMAL (si es que eso existe) le gusta ser fisgoneado por sus padres, y esa es una excelente manera de calmarles la comezón sobreprotectora a los ingenios progenitores y continuar con el aquelarre por otro lado.

Ahora bien, supongamos que eres uno de esos ñoños cuya edad rebasa el cuarto de siglo y te sigue entusiasmando formar parte del coro del templo. ¿Crees que sea buena idea añadir a tus padres en una red social? Considera sondear en tu círculo de amistad de red social si alguien no ha desarrollado a lo largo de su vida una Gerontofilia o de lo contrario la magnitud de un “Chingar a tu madre” puede tener fuertes implicaciones que dañen (aun más) tu conducta social. En el mejor de los casos, no pasará de que tus amigos prefieran ir al billar con tu papá.

Paréceme que queda un último punto por desarrollar. Supongamos que alguno de los que conformamos en la actualidad el término “adulto contemporáneo” nos convertimos en felices padres. Supongamos también que como parte de ésta de-Generación poseemos nuestros simpáticos perfiles en las redes sociales y llegado el momento nos parece buena idea añadir a nuestros hijos como cuates… porque más que padres somos amigos. Ok, siendo así, no olvide retirar las fotos exhibicionistas, las fotos de borracheras y demás material susceptible de denigrar la autoridad paterna que usted espera ejercer. Recuerde: hay cosas que se comparten con los nietos, pero ante los hijos uno no puede ser ni haber sido drogadicto, rebelde, irreverente, relajiento, desmadroso, valemadrista, holgazán, hippie, etc. Y ante todo, ante los hijos, uno siempre amó profundamente a sus padres y los respetó en todo momento porque después de todo ¿Quién vela más por nuestros intereses que ellos? Y ¿No es acaso el legado que nos dejan y que tratamos de transmitir a nuestra pinche prole descendencia?

Señores, no lean tutoriales de redes socales, aprendan a usar un Key Logger y pónganse a metichar a los morros en total anonimato, es lo más sano y todos ganan.

Este consejo te doy, porque tu amigo el… no, muy ñoño… veamos.. ah! Si! Si eres un padre incipíente, pide al pinche Dan††e que te oriente!