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21.7.08

Sunshine Killer.- Capítulo 1

Capítulo 1.- Mito o Realidad.

Bilou, la Ciudad en la que nunca amanece, gradualmente se ha convertido en la Ciudad que nunca despierta. A cualquier hora hay actividad comercial y siempre hay alguien en movimiento, ya sea en los negocios del Valle o dentro de las Cantinas y Bares que proliferan en el Valle. Los trenes circulan a todas horas, como si fuera la sangre de una podrida ciudad. Para dar mayor comprensión a la frase “la sangre de la Ciudad” cabe decir que las vías conforman un pentagrama que atraviesa el Valle, con una vía circular que delimita a Bilou, de manera que a todas horas se escucha el murmullo poco sutil de los trenes convirtiéndose en el grito de una población entera.

Dentro de un tren viajan dos importantes figuras públicas de Bilou, uno de ellos es un inversionista que aporta cantidades considerables a la Alcaldía Meior; el otro es un Cherife que Meior había asignado especialmente para escoltar al inversionista en una comisión especial (que era como denominaba Meior a las citas que sostenía con sus simpatizantes para que éstos le entregaran más dinero).

Meior había creado con mucha maestría un negocio redondo, él solicitaba dinero a sus distintos donantes y lo invertía en transacciones de las cuales nadie sabía nada. Al final, cada determinado tiempo les regresaba lo que le hubieran dado junto con importantes ganancias (las cuales desde luego no se comparaban con las ganancias que él se embolsaba), con lo que garantizaba que siempre volverían a darle las amables aportaciones correspondientes.

Es precisamente una de éstas entregas que Richman Fre va acompañado por el Cherif de la vigésima demarcación: Joseph Rayjoy.

-- En verdad me gustaría que Meior hiciera algo para que los trenes tardaran menos en llegar – dice Richman.
-- No comprendo su nerviosismo, después de todo está usted disfrutando de un paseo gratuito en nuestros maravillosos trenes y goza de la escolta de un Cherife en persona. ¿Qué le preocupa? – responde Rayjoy.
-- Me preocupa que los Cherifes son un montón de obsoletos que ya no saben ni disparar un arma, no han tenido un enemigo serio en años!.
-- Si no he tenido enfrentamientos es porque sigue sin existir un enemigo serio ¿ O acaso puede usted decirme quién podría burlar mi protección? – responde Rayjoy notoriamente alterado.
-- ¡El Sunshine Killer! —responde Richman perdiendo totalmente la compostura.
-- ¿ Se supone que alguien con un mote tan cursi me initmide?
-- Ese mote lo tiene por su estilo de asesinar a sangre fría, dicen que una vez que el rayo del sol te toca tienes los segundos contados.
-- ¡¿Y se puede saber de dónde diablos va a llegar un rayo de sol?! El sol dejó de existir hace generaciones siglos.
-- Yo solo sé lo que dicen. Dicen que es el fantasma del sol que ha venido a vengarse de la humanidad por haberlo destruido.
-- Eso sería tanto como decir que es un Dios hecho hombre… y ni siquiera un Dios encarnado podría burlar la vigilancia de mi escuadrón. –
-- ¡Es un Dios! Puede hacer lo que desee, podría aparecerse aquí ante nosotros y mostrarnos la luz del sol para hacernos morir al instante. – solloza Richman.
-- ¿No puede tener un poco de dignidad? Si los dioses fueran tan poderosos, el sol no habría muerto hace tantos milenios.

El tren continúa su camino. Tal vez el viaje sería considerablemente más corto si hubiera utilizado las vías transversales , pero Meior, sumamente preocupado por su dinero, considera que ese tipo de entregas deben circular únicamente por la vía periférica, ya que eso reduce el número de flancos a cubrir y evita las posibles emboscadas que pudieran montar los habitantes ordinarios.

-- Pensándolo bien, no me resulta descabellado que el tal sonchain quiler sea un Dios o un fantasma – dice Rayjoy – porque ni Dios, ni los fantasmas y mucho menos el vengadorcito ese existen.
-- No diga esas cosas, podría enfurecerlo –responde el temeroso inversionista.
-- ¿Cómo voy a enfurecerlo si no está presente?
-- Es omnipresente, está en todos lados.
-- Comienza a cansarme muy seriamente Richman
-- Piénselo, tiene mucha lógica, la humanidad ha destruido al sol y éste se vengará matando a los hombres más importantes.
-- ¿Por qué no habría de destruir a toda la humanidad?
-- Porque así nadie le temería, con eso destruye a los más arrogantes y deja vivos a los más supersticiosos para que lo alaben eternamente.
-- Usted es demasiado supersticioso como para considerarse así mismo tan importante. Creo que entonces solamente Meior sería tan importante como para hacer encarnar a un Dios… o a un fantasma volver.
-- Oh no, yo puedo no ser importante, pero vengo en compañía de usted…
-- ¿Y eso qué?
-- Yo tengo el dinero y usted supone tener la mano de acero… ¿cómo cree entonces que alguien podría rebajar a Meior lo suficiente como para poder destruirlo?

Tras esa aterradora pregunta sucedieron los hechos tan rápidos y voraginosos que nadie podría relatar nunca, pero la gente cuenta que Rayjoy abrió los ojos con horror al comprobar lo lógico de la sentencia de Richman. Acto seguido, el tren llegó al suburbio 15 que se conforma ruinas prácticamente deshabitadas y cuya iluminación dejó de funcionar hace tiempo. Entonces, el tren quedó completamente oscuras y brillaron destellos de luz (solar, según el mito) y no se escuchó un solo ruido más durante todo el viaje. O al menos así es como la gente explica la llegada a la estación particular de Ivol Meior de un tren lleno de cadáveres, entre los cuales se contaban un inversionista y un Cherife.

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