Que extraña sensación, un encantador desencanto. Por un lado la terapia ha tenido un efecto reparador increíble y sí me siento más consistente, como si por fin estuviera concentrado (si, iba por la vida diluido). De hecho muchos de los cambios en mi percepción de las cosas son inclusive atemorizantes porque van en contra de patrones reiterados durante años, si no es que de toda la vida… supongo que me estoy haciendo de la vista gorda para no enfrentar eso tan de golpe.
Por otro lado, tengo un cansancio físico que me ordena esperar y disfrutar plenamente las vacaciones para darle un respiro a la maquinaria que ya me grita por un poco de mantenimiento.
Pero aunado a todo eso, sigo con los mismos deseos de seguir disparando a todo con la convicción de que es (en este caso particular) la mejor manera de acertar a un blanco, y dicho sea de paso espero que no sea un blanco cualquiera, sino uno bastante efectivo.
Así que para no hacerme bolas, entro en stand by desde hoy. Así es, mi mente está de vacaciones, hagan favor de no mortificar al Dante con cosas muy profundas porque no está, se fue a dormir y dejó al piloto automático. De hecho es incorrecto decir que se fue a dormir, en realidad se fue a hacer lo que le gusta: por fin ha comenzado la secuela de su cuento “El Último Respiro de Ángela” y espera este año terminar al menos la segunda parte, aunque lo ideal sería concluir con esa historia de una buena vez. También se compró un PS2 para evadir su mentecita (tras varios años de haber dejado los videojuegos se ha dado cuenta de que si bien superar la adicción a las consolas es signo de madurez, también se requiere de un refugio virtual para algunas cosas). Supongo que hasta ahí llegan las compras, lamentablemente aun no he encontrado mi juego original de Castlevania Lament of Innocence, y tampoco he comprado ni una triste memory card, pero ya habrá tiempo.
Se puede estar tan harto como para retar la propia suerte? Sí, lo estuve mil veces en mi adolescencia y ahora lo estoy de nuevo. Lo que me lleva a preguntarme si estoy saturado o si tengo una especie de crisis de la edad. Lo que me queda claro es que antes no me la pensaba tanto para ir a dar la cara cuando alguien tenía un conflicto conmigo. Que será? Miedo? Será acaso que el haberme lastimado el hombro hace tiempo me hizo ver que no soy invulnerable? No lo sé, pero era más divertido cuando me creía de acero y me metía en los peores rincones de la ciudad sin la más mínima precaución. El punto es que estoy tan pinche enfadado que lo voy a hacer una vez más y ya no sé si es por nostalgia, por el mismo tedio, o si es porque de plano voy a retomar mi forma de ser una última vez para despedirme (como si fuera el final de la saga). Tal vez sea mi despedida de los enfrentamientos imprudentes para comenzar ahora sí y en serio una serie de luchas en el plano profesional hasta alcanzar el éxito que tanto siento que me merezco.
Al menos he cumplido mi palabra, ya no pongo mis posts clavadísimos sobre mi patética existencia, haciendo notar como las divinidades de la luz conspiran contra mis humildes deseos de encontrar la felicidad en un valle de lágrimas en donde nadie aboga por mi… que méndiga flojerota! Sinceramente, esos rollos ya no van conmigo, lo cual es un punto a favor a la idea de cambiarle el nombre y la combinación de colores a esta madre. El punto en contra viene de que no sé combinar colores y el negro sigue siendo una opción básica y siempre aplicable.
También pretendía que todos mis bretes existencialistas los iba a escribir en mi diario, pero la verdad es que si hago eso, me quedo sin material para el blog, porque 3 de cada 5 peliculas que veo me parecen buenísimas, pero son de ésas que sólo me gustan a mi, porque cada fin de semana hago lo mismo como para postear mis aventuras, y porque ya basta de dedicarles posts a mis jefes, es por demás sabido que son todos una bola de jijos de la ching…..
Así pues, amable lector (si es que hay alguien), siga usted su paso por este blog, o simplemente pase pero a otro blog, que aquí cada vez hay menos para el público común.
Por otro lado, tengo un cansancio físico que me ordena esperar y disfrutar plenamente las vacaciones para darle un respiro a la maquinaria que ya me grita por un poco de mantenimiento.
Pero aunado a todo eso, sigo con los mismos deseos de seguir disparando a todo con la convicción de que es (en este caso particular) la mejor manera de acertar a un blanco, y dicho sea de paso espero que no sea un blanco cualquiera, sino uno bastante efectivo.
Así que para no hacerme bolas, entro en stand by desde hoy. Así es, mi mente está de vacaciones, hagan favor de no mortificar al Dante con cosas muy profundas porque no está, se fue a dormir y dejó al piloto automático. De hecho es incorrecto decir que se fue a dormir, en realidad se fue a hacer lo que le gusta: por fin ha comenzado la secuela de su cuento “El Último Respiro de Ángela” y espera este año terminar al menos la segunda parte, aunque lo ideal sería concluir con esa historia de una buena vez. También se compró un PS2 para evadir su mentecita (tras varios años de haber dejado los videojuegos se ha dado cuenta de que si bien superar la adicción a las consolas es signo de madurez, también se requiere de un refugio virtual para algunas cosas). Supongo que hasta ahí llegan las compras, lamentablemente aun no he encontrado mi juego original de Castlevania Lament of Innocence, y tampoco he comprado ni una triste memory card, pero ya habrá tiempo.
Se puede estar tan harto como para retar la propia suerte? Sí, lo estuve mil veces en mi adolescencia y ahora lo estoy de nuevo. Lo que me lleva a preguntarme si estoy saturado o si tengo una especie de crisis de la edad. Lo que me queda claro es que antes no me la pensaba tanto para ir a dar la cara cuando alguien tenía un conflicto conmigo. Que será? Miedo? Será acaso que el haberme lastimado el hombro hace tiempo me hizo ver que no soy invulnerable? No lo sé, pero era más divertido cuando me creía de acero y me metía en los peores rincones de la ciudad sin la más mínima precaución. El punto es que estoy tan pinche enfadado que lo voy a hacer una vez más y ya no sé si es por nostalgia, por el mismo tedio, o si es porque de plano voy a retomar mi forma de ser una última vez para despedirme (como si fuera el final de la saga). Tal vez sea mi despedida de los enfrentamientos imprudentes para comenzar ahora sí y en serio una serie de luchas en el plano profesional hasta alcanzar el éxito que tanto siento que me merezco.
Al menos he cumplido mi palabra, ya no pongo mis posts clavadísimos sobre mi patética existencia, haciendo notar como las divinidades de la luz conspiran contra mis humildes deseos de encontrar la felicidad en un valle de lágrimas en donde nadie aboga por mi… que méndiga flojerota! Sinceramente, esos rollos ya no van conmigo, lo cual es un punto a favor a la idea de cambiarle el nombre y la combinación de colores a esta madre. El punto en contra viene de que no sé combinar colores y el negro sigue siendo una opción básica y siempre aplicable.
También pretendía que todos mis bretes existencialistas los iba a escribir en mi diario, pero la verdad es que si hago eso, me quedo sin material para el blog, porque 3 de cada 5 peliculas que veo me parecen buenísimas, pero son de ésas que sólo me gustan a mi, porque cada fin de semana hago lo mismo como para postear mis aventuras, y porque ya basta de dedicarles posts a mis jefes, es por demás sabido que son todos una bola de jijos de la ching…..
Así pues, amable lector (si es que hay alguien), siga usted su paso por este blog, o simplemente pase pero a otro blog, que aquí cada vez hay menos para el público común.
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