Después de un año de estar trabajando en este changarro moralón, cuna de la avaricia, la escasez y el austerismo a su fuerza de trabajo, han tenido a bien concederme un teléfono de la empresa con el plan que incluye varios minutos libres y llamadas ilimitadas hacia los demás teléfonos de la red.
Para colmo, el teléfono está bien fresonsísimo y como ustedes sabrán, tras joderse mi Nokia 5200 traigo ahora un teléfono bien chafa porque ya no me nace comprar teléfonos carísimos que me salgan malos malos malos.
Así que ahora me encuentro, por un lado, orgulloso de que me provean de herramientas para trabajar (obvio que no quería el cel para hablar con mi tía chuchita) y vamos, hasta lo siento como un reconocimiento de que he hecho bien las cosas y de cierta forma hasta creo que incluye un consentimiento tácito de que seguiré en las filas del negocio.
Por otro lado, me siento como un poco "vendido", como si le hubiera entregado una parte de mi vida personal a esta empresa (más), como que estoy hundido ya hasta el cuello y que poco a poco traigo puesta (si no es que tatuada) la camiseta de este lugar del que tanto me gusta despotricar.
¿Alguien tiene alguna sugerencia de cómo sobrellevar este conflicto? O al menos una votación de a cual postura debería darle más peso para no continuar con esta crisis silenciosa.
Gracias.
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