De la frivolidad nocturna en vísperas del estado somnoliento.

Margarita es un cóctel mexicano hecho con tequila, jugo de limón y cointreau, generalmente servido con sal sobre los bordes del vaso.

Gran cosa… yo ni siquiera bebo margaritas, prefiero la Cuba Libre. Ni siquiera he ligado (ni ligaré) una Margarita y creo que definitivamente jamás regalaría una. Pero bueno, siempre consideré la botánica y el lugar donde depositan sus desechos fecales las hormigas como temas comprendidos en los 25,000 tópicos que me tienen absolutamente sin cuidado.

Decía una rola que escucho ahora con mucha nostalgia: Baila con la Luna en la Azotea, habla con ella y enciende la luz de tu Cabeza, déjate llevar por tus ideas, Baila con la Luna en la Azotea, SALVA TU ALMA.

Esa última frase era como para tenerla tatuada en la palma de la mano, como para tomarle una foto y ponerle una leyenda abajo. Pero aun si consideras jamás haber tenido una, el efecto de escuchar esa letra y pretender seguirla es liberador.
Dijo Bruce Willis en Last Boy Scout: si salgo vivo de ésta, bailaré una giga… insisto, no sé bailar una giga, tampoco me sale la Macarena, y no tengo un reflector de estadio para danzar luego de tirar a algún imbécil sobre las hélices de un helicóptero… pero siempre tendré la azotea, siempre tendré mi luna y siempre tendré mis ideas.

LIBERATE, HAZ LO QUE SIENTAS.

Probablemente nadie recuerda la canción y tal vez sea lo que más me convenga, aunque ya es por todos sabido que tengo placeres harto culpables. Era asquerosamente pop, si me apuran, la letra es wannabe, musicalmente es una cosa horrorosa, pero tenía su encanto cada que la oía.
En fin, aquí termino porque contando desde el título, este post tiene 300 palabras, fuckin yeah!