Capítulo 9.- Drenar las Aguas.
Ivol Meior ha estado encerrado toda la mañana atendiendo una videoconferencia con sus Inversionistas. Los Cherifes y empleados en general del sr. Meior siempre se han preguntado por qué parece ser más solemne cuando sostiene telecomunicaciones con ellos que cuando están en persona. Cada que Ivol recibe sus acostumbradas entregas de inversión, lo hace en una sala que si bien está custodiada, no es tan hermética como la zona que destina a sus largas llamadas con socios. Sin embargo, saben bien que no les es permitido preguntar, ni siquiera comentar entre ellos todo lo que pueden observar dentro de la Fortaleza Meior, ya que algo tan hostil no puede considerarse un Palacio de Gobierno, sino una Fortaleza.
Meior ha tratado de que los rumores sobre el asesino de inversionistas no circulen en demasía, ya que eso podría perjudicar la imagen de su buen gobierno. Lamentablemente para él, en este momento ya escuchaba quejas y molestas peticiones para que garantizara los recursos y rendimientos de este mes. Le enfadaba mucho que alguien pretendiese darle indicaciones, como si pudiera existir alguien más inteligente que él. Probablemente habría respondido con violencia diciendo que él sabría cómo manejar la situación, de no ser porque había aprendido dos cosas de su padre: el ser políticamente correcto y el amor al dinero. De esta forma, únicamente asentía y daba respuestas vagas diciendo que se encargaría de ello a la brevedad. Por dentro, la situación era muy diferente, la vaga molestia iba cediendo a una ira incontrolable. La peor ofensa que podía cometerse contra alguien como él era insinuarle que no hacía bien las cosas, atacar sus acciones y cuestionar sus directivas.
A pesar de la solemnidad de la ocasión, Meior no tenía documentos sobre su escritorio, lo tenía casi limpio salvo por un pliego de papel. No tenía reportes financieros, no tenía tablas de flujos ni presupuestos o proyecciones, solamente tenía su lista de Cherifes con sus fotos, su número de sector y su información básica. Al tiempo que hacía asentimientos para hacer sentir escuchados a sus interlocutores jugaba con sus dedos tratando de decidir de forma aleatoria cuál de sus Cherifes sería enviado a controlar la situación. Su dedo acaba de detenerse, la decisión ha sido tomada.
Al mismo tiempo, dentro del local vacío del Watchtower, se encuentran Gonman y Jones platicando libremente aprovechando que aun no es la hora de abrir el negocio.
-- Apenas te puedo creer que hayas sido capaz de entrar a una casa en llamas solo por recoger la estrella de Cazar.
-- Tú bien sabes cómo me importan esas cosas.
-- Lo increíble es que traigas una pata inmovilizada por una leve caída pero no tengas la más mínima quemadura.
-- Alguna gracia debía tener.
-- Necesitas fortalecer tus huesos para completar esta misión. Los demás Cherifes podrían dejarte inutilizado rompiéndote las extremidades.
-- Agradezco mucho tu apoyo y tus buenos deseos. – responde Gonman resentido.
-- Y todavía terminaste en casa de Azul, te tomaste un café, te acomodó la pierna y te llevaste su bastón… ¡te admiro!—grita Jones muy divertido.
-- Eso último quisiera olvidarlo, solamente me faltó haberme topado a….
-- ¡Sobjack!
-- Sí, a ese marica
-- No, viene entrando – Jones se levanta y tira su gabardina para tapar a la Reina Jane, al tiempo que Gonman se pone rápidamente el sombrero para ocultar su cabello rubio.
--Hay rutinas que siempre son agradables, como el hecho de encontrar a este par de homosexuales en este lugar sea la hora la hora que sea – dice un sujeto en sus 30’s que entre sus ropas ostenta una estrella plateada de Cherife.
-- Aun no abrimos, regresa más tarde – dice Jones
-- ¿No puedes recibir a un amigo fuera de horario? La presencia de este idiota me dice que sí.
-- Lon es mi empleado
Sobjack se acerca a la mesa donde estaban sentados bebiendo Jones y Gonman y observa los vendajes en la pierna del segundo.
-- ¡Vaya! Ahora sí la hiciste grande… ¿sabes que te falta para terminar de verte totalmente afeminado? – pregunta Sobjack a Gonman
-- Sí, el sombrero de marica que traes puesto – responde Lon
-- Suficiente, estúpido – dice Sobjack mientras le arrebata a Gonman el bastón. -- ¿De dónde sacaste esto?
-- Yo nunca pregunté por tu muleta, tú no preguntes por la mía – responde Gonman mirando con firmeza y rencor a Sobjack, al tiempo que se crea un silencio sepulcral en el lugar. Tanto Jones como los acompañantes de Sobjack se quedan mudos y expectantes ante el espectáculo que podría desencadenar semejantes insinuaciones entre ese par de personajes.
En ese momento, comienza a sonar el comunicador que tan solo los Cherifes pueden portar. Sobjack va a escupir para ensuciar la pierna vendada de Lon, pero Jones le grita:
-- Si ensucias el suelo te haré limpiarlo y todo dios, vivo o muerto, sabe que hablo en serio.--
Sobjack se va junto con todos sus amigos, Gonman solo atina a quedarse temblando de la ira.
-- tranquilo Lon, ya llegará tu momento.--
-- No, Jones, es mi momento el que llegará. Habrá de pagarme todas, la divinidad habrá de castigarlo porque gracias a él no tengo nada.
-- Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder.—responde Jones. – Y por cierto, más te vale irte a esconder, la cacería del Fantasma del Sol se ha reanudado.
Ivol Meior ha estado encerrado toda la mañana atendiendo una videoconferencia con sus Inversionistas. Los Cherifes y empleados en general del sr. Meior siempre se han preguntado por qué parece ser más solemne cuando sostiene telecomunicaciones con ellos que cuando están en persona. Cada que Ivol recibe sus acostumbradas entregas de inversión, lo hace en una sala que si bien está custodiada, no es tan hermética como la zona que destina a sus largas llamadas con socios. Sin embargo, saben bien que no les es permitido preguntar, ni siquiera comentar entre ellos todo lo que pueden observar dentro de la Fortaleza Meior, ya que algo tan hostil no puede considerarse un Palacio de Gobierno, sino una Fortaleza.
Meior ha tratado de que los rumores sobre el asesino de inversionistas no circulen en demasía, ya que eso podría perjudicar la imagen de su buen gobierno. Lamentablemente para él, en este momento ya escuchaba quejas y molestas peticiones para que garantizara los recursos y rendimientos de este mes. Le enfadaba mucho que alguien pretendiese darle indicaciones, como si pudiera existir alguien más inteligente que él. Probablemente habría respondido con violencia diciendo que él sabría cómo manejar la situación, de no ser porque había aprendido dos cosas de su padre: el ser políticamente correcto y el amor al dinero. De esta forma, únicamente asentía y daba respuestas vagas diciendo que se encargaría de ello a la brevedad. Por dentro, la situación era muy diferente, la vaga molestia iba cediendo a una ira incontrolable. La peor ofensa que podía cometerse contra alguien como él era insinuarle que no hacía bien las cosas, atacar sus acciones y cuestionar sus directivas.
A pesar de la solemnidad de la ocasión, Meior no tenía documentos sobre su escritorio, lo tenía casi limpio salvo por un pliego de papel. No tenía reportes financieros, no tenía tablas de flujos ni presupuestos o proyecciones, solamente tenía su lista de Cherifes con sus fotos, su número de sector y su información básica. Al tiempo que hacía asentimientos para hacer sentir escuchados a sus interlocutores jugaba con sus dedos tratando de decidir de forma aleatoria cuál de sus Cherifes sería enviado a controlar la situación. Su dedo acaba de detenerse, la decisión ha sido tomada.
Al mismo tiempo, dentro del local vacío del Watchtower, se encuentran Gonman y Jones platicando libremente aprovechando que aun no es la hora de abrir el negocio.
-- Apenas te puedo creer que hayas sido capaz de entrar a una casa en llamas solo por recoger la estrella de Cazar.
-- Tú bien sabes cómo me importan esas cosas.
-- Lo increíble es que traigas una pata inmovilizada por una leve caída pero no tengas la más mínima quemadura.
-- Alguna gracia debía tener.
-- Necesitas fortalecer tus huesos para completar esta misión. Los demás Cherifes podrían dejarte inutilizado rompiéndote las extremidades.
-- Agradezco mucho tu apoyo y tus buenos deseos. – responde Gonman resentido.
-- Y todavía terminaste en casa de Azul, te tomaste un café, te acomodó la pierna y te llevaste su bastón… ¡te admiro!—grita Jones muy divertido.
-- Eso último quisiera olvidarlo, solamente me faltó haberme topado a….
-- ¡Sobjack!
-- Sí, a ese marica
-- No, viene entrando – Jones se levanta y tira su gabardina para tapar a la Reina Jane, al tiempo que Gonman se pone rápidamente el sombrero para ocultar su cabello rubio.
--Hay rutinas que siempre son agradables, como el hecho de encontrar a este par de homosexuales en este lugar sea la hora la hora que sea – dice un sujeto en sus 30’s que entre sus ropas ostenta una estrella plateada de Cherife.
-- Aun no abrimos, regresa más tarde – dice Jones
-- ¿No puedes recibir a un amigo fuera de horario? La presencia de este idiota me dice que sí.
-- Lon es mi empleado
Sobjack se acerca a la mesa donde estaban sentados bebiendo Jones y Gonman y observa los vendajes en la pierna del segundo.
-- ¡Vaya! Ahora sí la hiciste grande… ¿sabes que te falta para terminar de verte totalmente afeminado? – pregunta Sobjack a Gonman
-- Sí, el sombrero de marica que traes puesto – responde Lon
-- Suficiente, estúpido – dice Sobjack mientras le arrebata a Gonman el bastón. -- ¿De dónde sacaste esto?
-- Yo nunca pregunté por tu muleta, tú no preguntes por la mía – responde Gonman mirando con firmeza y rencor a Sobjack, al tiempo que se crea un silencio sepulcral en el lugar. Tanto Jones como los acompañantes de Sobjack se quedan mudos y expectantes ante el espectáculo que podría desencadenar semejantes insinuaciones entre ese par de personajes.
En ese momento, comienza a sonar el comunicador que tan solo los Cherifes pueden portar. Sobjack va a escupir para ensuciar la pierna vendada de Lon, pero Jones le grita:
-- Si ensucias el suelo te haré limpiarlo y todo dios, vivo o muerto, sabe que hablo en serio.--
Sobjack se va junto con todos sus amigos, Gonman solo atina a quedarse temblando de la ira.
-- tranquilo Lon, ya llegará tu momento.--
-- No, Jones, es mi momento el que llegará. Habrá de pagarme todas, la divinidad habrá de castigarlo porque gracias a él no tengo nada.
-- Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder.—responde Jones. – Y por cierto, más te vale irte a esconder, la cacería del Fantasma del Sol se ha reanudado.
3 comentarios:
que demonios!!!!
es mucho texto! argh!!!!!!!!
la verdad es que ando de floja ¬¬
Jajaja...
(Me rió por el comentario de arriba)
Buen post... yo me quedo con la frase...
"Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder"...
Saludos
Dantte no has pasado por mi blog por cierto...
By Aleko
"Navidad no es una palara... Es un sentimiento"- Frase de la semana en alekorocks...
Venudoooooooo!
Este capitulo tiene lo que viene siendo mucha carnita...
jajaja ya en serio. Está enorme! la cantidad obscena de referencias y todas tan bien justificadas!
Yo casi brinco de la sorpresa con el homenaje a 4th time around.
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