Crónica de un Adiós...

En la estación del tren todo comienza a alborotarse cuando se aproximan las doce campanadas de la media noche. El ruido crece y el humo se eleva, pero entre el aroma del humo se mezcla la esencia de la Nostalgia… un poco de perfume negro con agua salada, Angelo y Giovanna aun permanecen en el andén.
- Hay un tren, dos personas, ninguna maleta y dos destinos… quién se irá esta vez? – pregunta Angelo.
- Me iré yo – responde Giovanna – tú te fuiste la última vez.
- No me fui, regresé que no es lo mismo. –reclama Angelo.
- Para mí fue igual.
- Eso si… me extrañaste?
- Que más da? No lo admitiría jamás y lo sabes. El orgullo no me dejaría.
- Pensé que tú lo habías dejado a él
- Y tú cuántas veces has dejado de fumar? Es lo mismo, tarde o temprano vuelves a caer
- Es por eso que estoy orgulloso de ti – dice Angelo mientras sonríe con ternura
- Pero si sigo igual que hace cinco años.
- Pero diste una vuelta completa al menos

Giovanna empieza a lagrimear, al principio con discreción pero aumenta gradualmente, y justo antes de sollozar dice:
- No me importa tu maldito orgullo
- Ni a mi el tuyo, así que te vuelvo a preguntar, me extrañaste? – dice Angelo con un tono apasionado y seco a la vez.
- Sí – Giovanna se rompe- mucho, y tu?
- A ratos.
- Te odio!
- Pero yo te odio más, con mucho más cariño… de otro modo no valdría la pena.
- Es por eso que me iré yo
- No esperaba más
- Aun sales con esa bruja?
- No… ya no.

Algún día, en algún mundo... continuará