Porque es bien Dark y a todo mundo espanta (No tengo que decirles que eso se lea cantando ¿o si?)
Hace algunos meses se rumoró que en el changarro celestial en el que presto mis servicios (y no las nalgas) no les agradaba mi forma de vestir. Entonces, como buen lector de mente ágil, usted está saltando a alguna de las siguientes conclusiones:
a) este pendejo es trasvesti
b) este pendejo es hippie
c) este pendejo se viste como cualquiera de los Village People
Y yo, como buen autor ofendido que soy le digo: ni soy trasvesti, ni soy hippie, ni me visto como ninguno de los Village People y además yo no estoy pendejo! Pos ultimadamente…. pero bueno, volviendo al tema que nos atañe (ande con la palabreja… es la manera más o menos aceptable para decir “a lo que nos truje”), les molesta que según esto mi forma de vestir es muy dark. Este chistecito, se los habría concedido algunos años, cuando aun rebosante de juventud y belleza, siempre me plantaba sobre mis botas de dos kilos cada una con tacón de ladrillo, me cargaba otros tres kilos de ropa exclusivamente negra y además de todo me ponía como 4 capas de maquillaje sin mencionar el extraño y meticuloso arreglo a mis rizados cabellos largos (la onda planchada de cabello no me gustaba porque maltrataba el cabellito y además prefiero ahorrarme los comentarios de Estef al respecto). Pero actualmente, que no uso ni gota de maquillaje, que entre semana no me pongo unas botas a menos que vaya a obra o chistes similares, que soy el único que viene a este lugar con traje, que mi cabello está corto y que ostento una imagen de probada (no calada) masculinidad, no queda más que decirles: NO PINCHES PUTAS MAMES!

Yo hace un chingo de años
En primer lugar, esto ha llegado a mis oídos en forma de rumor, lo que significa que ni siquiera me han dicho semejante burla en persona. Así que, suponiendo sin conceder que sea cierto, estarían tan conscientes de lo ridículo que suena y de que en realidad no me visto mal, que por ello no pueden exponerse a que yo les de alguna respuesta al respecto.
Lo que sí se atrevieron a hacer, fue cambiarme de lugar que porque mi actitud con mis compañeros de al lado era inaceptable para la oficina y daba de qué hablar. Y usted, siguiendo la tendencia de lector de mente ágil de seguro ya se imagina:
a) que los golpeo
b) que les cuento o me cuentan la novela de las 8
c) que existe obscenidad en el tipo de relaciones interpersonales con los co workers
A lo que yo le contesto: a los co workers que se me antoja golpear son gente que el día intente darles el primer golpe apareceré milagrosamente en la calle desempleado, no veo la novela de las 8 y además soy estrictamente profesional como para andar con cosas que no tienen lugar dentro de una oficina, amén de que soy un hombre serio en mis relaciones sentimentales.
De todo esto me queda clara una cosa: cuando el Hijo del Hombre, Segunda Persona de la Santísima (sic) Trinidad vino a este planeta, hizo caminar a los paralíticos, a los sordos los hizo oir, a los ciegos los hizo ver, y a los mochos… los dejó exactamente como estaban. Lo que me lleva entonces a preguntarme ¿Serán capaces de mandarme al catecismo cuando sepan que por obra y gracia de su Dios yo resulto no ser católico? Espero que no, aun recuerdo con cierta frustración las veces que tuve que abandonarlo cuando, siendo niño, dije alguna de éstas frases:
1.- Como que costea más ser el hijo pródigo ¿no?
2.- Ok, a Job le fue del nabo porque Dios apostó con el Diablo… Tiene severos problemas de juego ¿no? Che humanidad le va del asco.
3.- O sea que según el evangelio de San Lucas 15… ¿En el reino de los Cielos son obsesivo-compulsivos?
Y así como esas tengo muchas anécdotas más. Pero ya lo decía el conocido éxito ochentero “Quizá la culpa es mía por no seguir la norma, ya es demasiado tarde para cambiar ahora”. Por lo pronto dio al menos para escribir este post, que no pretende pintarme como un total badass ni nada por el estilo. La intención era contarles algo porque ya hacía un buen ratote que no escribía y la inspiración no se compra a granel.
Hasta luego y cuídense todo lo suyo.